Todos estamos acostumbrados a un tren de vida que no queremos cambiar, lo que, a veces, significa vivir por encima de nuestras posibilidades. En esta época de mala salud económica hay que medir bien todos nuestros gastos. Debemos tener en cuenta cuáles se pueden reducir y cuáles son totalmente prescindibles. No es momento para derrochar nuestro dinero en futilidades.
Tenemos que plantearnos también, que el dinero no es sólo dinero, sino que también es trabajo. A la hora de gastarlo, tener en cuenta el esfuerzo que nos ha costado ganarlo, pondrá en perspectiva la utilidad de nuestras compras. Además, hoy en día con la masificación de Internet, tenemos acceso a bastantes posibilidades en lo que se refiere a controlar el gasto, ya que podemos buscar y comparar más fácilmente.
Nuestro esfuerzo es dinero
Para empezar, nuestro sueldo no es un dinero que recibimos íntegro por ciertas horas de trabajo. A eso hay que restarle todos los gastos derivados como el desplazamiento, los cafés de media mañana, la comida de a medio día, la ropa de trabajo o la guardería. Son gastos, probablemente necesarios, pero que al final de año se llevan buena parte de nuestro sueldo.
Hay que comenzar a pensar que nuestro tiempo también es dinero, y es que las horas de trabajo no son sólo aquellas que pasamos en la oficina, la obra, o cualquier lugar de trabajo. Desde que salimos de casa está comenzando nuestra jornada laboral, y como parte de la misma hay que tomarse el desplazamiento. Si te pones a echar cálculos llegarás a la conclusión de que estas vendiendo tu esfuerzo muy por debajo del dinero que creías, con lo cual hay que cuidarse mucho de gastar ese sueldo tan duramente ganado.
Cuando te vayas a regalar un caprichito, ten en cuenta el esfuerzo que te ha costado poder llegar a pagarlo. Debes meditar si aún así te merece la pena, e intentar calmar los impulsos consumistas que como todos, llevas dentro. Como decíamos antes, Internet es una herramienta muy poderosa, y conviene informarse de las opiniones de otros usuarios sobre el producto que vamos a comprar, así como comparar precios para asegurarnos de estar llevándonos la mejor opción. De hecho, es factible encontrar mejores ofertas en tiendas on-line que en las propias tiendas físicas.
Comprar barato algo innecesario es comprar caro
Debemos interiorizar esta premisa como filosofía de compra. Huir de todos los gastos evitables supone un gran ahorro para la mayoría de bolsillos. Por ejemplo, a la hora de comprar ropa, no tenemos necesidad de comprar grandes marcas, cuyo único objetivo es la ostentación. Generalmente, hay sustitutivos de calidad similar y precios menores que nos harán la misma función que la prenda de marca.
Pedir prestado es otra gran manera de evitar gastos de dinero innecesarios
No nos referimos a robar, sino a hacer intercambios de ropa con amigos, o al clásico préstamo de herramienta. Normalmente, hay ciertos elementos, sobre todo en el caso de las herramientas, que no vamos a usar con tanta frecuencia como para plantearse comprarlos.
Es el momento de estar atento a todas nuestras cuentas
Conviene repasar todas las facturas, tickets de compra, extractos y movimientos de cuenta, y repasar bien el cambio que nos dan cuando pagamos en efectivo. Y es que en un sólo pago no tiene por qué significar mucho dinero, pero granito a granito puede devenir en un buen butrón en nuestro bolsillo. Algo similar sucede con los gastos diarios habituales como puede ser el periódico: 1 euro diario supone 365 euros al año. Gasto prescindible, máxime cuando la versión on-line de la prensa contiene la misma información, sólo que más actualizada.
Infórmate de posibles subvenciones aplicables a tí, cualquier ayuda es bienvenida. Además, ahora es el momento de espabilar y pasar al ‘do it yourself’, o ‘móntatelo tu mismo’, es hora de sacar el manitas que llevas dentro y construir todos los muebles y estanterías que antes comprabas en IKEA. En definitiva, tal como está la situación económica, es el momento de estar espabilado y ver cada momento como una oportunidad para ahorrar, o para, al menos, no gastar.